La Vaina

Cuando un país lleva siendo noticia, acaparando portadas y siendo el acontecimiento de entrada de los informativos, es que algo bueno no está sucediendo entre sus fronteras.
Venezuela está en boca de todo el mundo y no lo ha hecho por sus exportaciones de petróleo o porque sus mises vuelvan a conquistar los concursos de belleza internacionales.
Con unas tasas de homicidios que lo convierten en el país más violento del mundo, supermercados y tiendas de abastos que parece un escenario de The Walking Dead, hospitales sin medicamentos ni quirófanos que funcionen, gente que se aglomera junto a las desembocaduras de los alcantarillados para abastecerse de agua, apagones que duran días y una inflación tan escandalosa que, representada en cifras, sus dígitos a duras penas cabrían en una calculadora de mano, el país bolivariano es la viva imagen de una catástrofe de dimensiones colosales cuya reparación requerirá décadas para recuperar la riqueza y la paz social perdidas.
Pero la mayor y la peor de las consecuencias es el éxodo de millones de venezolanos que se han visto obligados a salir del país huyendo a partes iguales de la represión política y de la ruina económica.

En los últimos años, Venezuela ha sido un foco importante de noticias alrededor del mundo y especialmente en Latinoamérica. Este país tan rico en recursos naturales muestra una cara totalmente distinta comparada con la de la época de bonanza, hace más de dos décadas. Y es que, últimamente la pobreza, la violencia, un sistema de salud colapsado y una mala gestión económica hace que el pueblo venezolano sufra las duras consecuencias de una crisis, que ha quedado demostrada con la cantidad de personas que salen de su tierra en busca de mejores oportunidades.

Es por esto que la situación en Venezuela se hace cada vez más notoria, no es para nada extraño encontrar a jóvenes profesionales desempeñando cualquier actividad que le permita subsistir en un país ajeno al suyo, y es que, miles de venezolanos recorren de norte a sur el continente -incluso caminando- para alcanzar esa estabilidad económica que no consiguen en su tierra. Sin duda son factores que llaman la atención de los gobiernos de la región como los de Colombia, Ecuador, Perú y Chile, al no tener un plan de acción para el recibimiento de tantas personas.

Internet ha sido la herramienta que más ha cambiado la manera de entender la sociedad desde la imprenta. Una ventana en cada casa a un mundo en el que nosotros pasamos de ser simples espectadores a ser también partícipes de cada momento, de cada noticia, opinando, discutiendo, compartiendo… Las redes sociales se han convertido en el paradigma de la sociedad del nuevo siglo, enganchada a Internet, hasta el punto de ser realmente preocupante por llegar a niveles de pura adicción, como si de una droga se tratase.

Las redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter han logrado crear una especie de realidad alternativa online en la que todo es mucho más perfecto que en la vida real. Todos salimos más guapos en nuestras fotos de perfil, todos queremos conocer a esa persona que hemos visto por internet y que acumula tantos likes… A veces incluso se nos olvida que todo esto no es más que algo virtual, y dejamos de lado la vida real por determinados momentos, algo realmente preocupante que puede acabar muy mal para nuestras relaciones.

Nos encontramos ante una pregunta habitual, que cada cierto tiempo salta a la opinión pública. ¿Es la pornografía verdaderamente dañina para los países o para las personas que participan en ella? Existe un gran debate en torno a estas preguntas. Lo malo es que muchos de ellos parten desde puntos de vistas poco objetivos desde un principio, como puede ser un partido político con una ideología muy concreta o una religión.

Si observamos desde un prisma meramente económico, es evidente que el porno es algo que genera mucho dinero. Tener a una serie de personas ante la cámara teniendo sexo reporta grandes beneficios, y con la proliferación de las páginas de streaming en esta última década la cosa va a más. Por lo tanto, no cabe duda de que para las personas involucradas en la industria se trata de una buena forma de obtener un sustento económico.

La industria del porno en Argentina goza de buena salud

Con la llegada de Internet muchas productoras se tambalearon, pero el avance en el desarrollo web hace ahora que sea más fácil la distribución de contenidos. En Argentina, por ejemplo, el productor de películas X Rubén Danilo se ha mostrado optimista en este sentido, y afirma que es mucho más fácil llegar a Europa ahora que con el sistema tradicional.