Colombia lleva décadas bajo el terror del narcotráfico y las bandas paramilitares que han asesinado a miles de personas en el país en los últimos años, buscando ejercer su dominio y territorialidad en un negocio que sigue siendo tremendamente lucrativo, y que ha regado de sangre toda la geografía colombiana. Desde los tiempos del popular capo Pablo Escobar hasta las luchas con tras las milicias de las FARC, Colombia ha tenido que enfrentarse al terror y a la desprotección, en un país que por desgracia sufre constantemente de esa inseguridad que le impide convertirse en uno de los más desarrollados y potentes de toda su región. Aunque pueda parecer que los años de plomo ya han pasado, y que los acuerdos de paz firmados por el gobierno y varias bandas paramilitares han conseguido apaciguar la situación, todavía son muchos los guerrilleros que subsisten hoy en Colombia, provocando el terror en todo el país.
Hay varias bandas que siguen activas, y son perseguidas por las autoridades. La más importante de ellas es el Clan del Golfo, conocidos también como los Urabeños o el Clan Úsuga, en honor al nombre de su principal valedor y líder, Dairo Antonio Úsuga, alias Otinel, que tomó el mando del grupo después de la muerte de su hermano, en 2012. El Clan del Golfo se ha representado como la mayor amenaza real para la paz en el país, por ser la banda más grande, influyente y mejor armada de todas las que hay en Colombia en la actualidad. Mientras las otras bandas se debilitaban, el Clan del Golfo ha conseguido no solo subsistir sino hacerse más poderosa, logrando expandirse por prácticamente todo el norte del país y provocando el terror entre los campesinos, los civiles y las autoridades. En este artículo vamos a conocer más a fondo todo lo que hay detrás de esta peligrosa banda armada.
Formación de el Clan del Golfo
El Clan del Golfo surge a mitad de la década de los 2000, de las cenizas de otra de las grandes bandas paramilitares de Colombia, las Autodefensas Unidas de Colombia, dirigidas por el narcotraficante Don Mario, que llevaba a cabo sus correrías en la zona del norte del país, un corredor estratégico por estar muy cerca de la frontera con Panamá. Cuando las AUC se vieron prácticamente desmanteladas, los hermanos Úsuga, que habían participado en las fechorías del grupo anterior, decidieron crear su propia banda criminal y llamarla el Clan del Golfo, recogiendo en su estructura a muchos de los supervivientes de la antigua banda. Desde finales de los años 2000, el Clan del Golfo ha ido ganando en importancia, sobre todo en la zona norte del país, convirtiéndose en una de las bandas más peligrosas de Latinoamérica.
Cómo es esta banda
Al ser una banda paramilitar con una estructura férrea, los datos que se tienen sobre ellos son estimaciones, pero se sabe que actualmente son la banda más importante, en cuanto a número y a armas, de toda Colombia. Son más de 4.000 guerrilleros repartidos por toda la zona norte del país, con especial influencia en la región de Uruba, donde se encuentran desplegados en más de doscientos municipios. La banda suele subsistir a base del tráfico de droga, pero también impone un impuesto revolucionario en muchas zonas del norte del país, amenazando e incluso ejecutando a aquellos que no les satisfacen. Los enfrentamientos, eso sí, no suelen ser masivos, sino más bien selectivos, y en muchas ocasiones, en zonas urbanas, los paramilitares se encargan de contratar a pandilleros, a los que arman y dan vía libre para que impongan su ley, sin necesidad de mancharse directamente ellos las manos.
Así actúa el Clan del Golfo
El Clan del Golfo trata de controlar tanto las zonas estratégicas de cultivo de coca y otras materias primas para las drogas como las zonas urbanas donde se llevan a cabo los intercambios y se mueven los fajos. En cuanto a las zonas de campesinos, lo tienen muy fácil para imponerse a las fuerzas de seguridad locales, ya que suelen tener mayor número y estar mejor armados. Una vez toman el control de estas zonas, chantajea y manipulan a los campesinos para que se pongan de su lado. A los que no lo hacen les obligan a marcharse de sus tierras, o incluso les ejecutan. Para mantener el control de las zonas urbanas más pobladas, El Clan Del Golfo se alía por un lado con pandilleros, que se enfrentan a las fuerzas del orden, y por otro lado con magnates del sector económico e incluso político, que son colocados por la propia banda en sus puestos.
Operaciones policiales
Desde su nacimiento, el Clan del Golfo ha tenido enfrentamientos constantes con las fuerzas del orden en Colombia, desde la Policía hasta el Ejército, en el empeño del estado por acabar con las actividades delictivas de esta peligrosa banda. En una de esas operaciones, en el año 2012, resultó fallecido el que por entonces era líder del clan, Juan de Dios Úsuga, que había conseguido el puesto después de que el líder de la antigua organización, la AUC, fuera detenido. Juan de Dios falleció en un tiroteo con las fuerzas del orden, pero su hermano no tardó en relevarle en el cargo de cabecilla de la organización, puesto que ostenta desde entonces. A pesar de los esfuerzos del Estado, la banda ha ido creciendo desde ese momento, acogiendo sobre todo a paramilitares y criminales procedentes de otras organizaciones que habían perdido influencia frente a ellos.
Este año 2021 está siendo uno de los más prolíficos en cuanto a detenciones y golpes asestados al Clan, puesto que en tan solo tres meses ya se han incautado más de mil kilos de cocaína, tapando así la principal forma de negocio de esta banda criminal. En la operación Esparta se detuvo a uno de los líderes regionales del Clan, apodado “12”, junto con un gran cargamento de drogas y armas. La Operación Agamenón II también se ha saldado con la detención de dos paramilitares que conformaban parte de esta organización, en puestos de relevancia, así como algunos ciudadanos panameños que parecían ayudar al Clan en sus delitos, cerca de la frontera. Seguramente, El Clan del Golfo se encuentre actualmente en su peor momento, puesto que la policía y el Ejército están cercando muchos de sus territorios, impidiéndoles traficar y generar el dinero que necesitan para poder subsistir.