Cuando un país lleva siendo noticia, acaparando portadas y siendo el acontecimiento de entrada de los informativos, es que algo bueno no está sucediendo entre sus fronteras.
Venezuela está en boca de todo el mundo y no lo ha hecho por sus exportaciones de petróleo o porque sus mises vuelvan a conquistar los concursos de belleza internacionales.
Con unas tasas de homicidios que lo convierten en el país más violento del mundo, supermercados y tiendas de abastos que parece un escenario de The Walking Dead, hospitales sin medicamentos ni quirófanos que funcionen, gente que se aglomera junto a las desembocaduras de los alcantarillados para abastecerse de agua, apagones que duran días y una inflación tan escandalosa que, representada en cifras, sus dígitos a duras penas cabrían en una calculadora de mano, el país bolivariano es la viva imagen de una catástrofe de dimensiones colosales cuya reparación requerirá décadas para recuperar la riqueza y la paz social perdidas.
Pero la mayor y la peor de las consecuencias es el éxodo de millones de venezolanos que se han visto obligados a salir del país huyendo a partes iguales de la represión política y de la ruina económica.
Por su proximidad geográfica, Colombia es quizás el país que más refugiados venezolanos está recibiendo. Se estima que son ya más de un millón las personas que han cruzado de Venezuela hasta Colombia. Y el fenómeno de la diáspora venezolana ha transformado al país de García Márquez de ser una nación que exportaba a emigrantes a otra que los recibe.
En la frontera entre Colombia y Venezuela se está viviendo una gran crisis humanitaria. Para nueve de cada diez colombianos la situación en territorio venezolano afecta de manera directa a los intereses de Colombia.
En el terreno político y desde la proclamación de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, Colombia se ha convertido en la rampa de salida de los esfuerzos internacionales para lograr la destitución de Nicolás Maduro, al que consideran un dictador y responsable máximo de la caótica situación que se vive en Venezuela.
Comercio entre países: en qué afecta la ruptura de relaciones
Semanas atrás, el 23 de febrero pasado, Nicolás Maduro anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con el país venezolano. Sin embargo, como Colombia no reconoce a Maduro como presidente legítimo del país, la decisión ha sido recibida en la nación cafetera como una pataleta más de un dictador atrapado en su laberinto de decisiones erróneas. De hecho, Colombia no dispone de embajador en Caracas, y el comercio entre ambos países ha ido disminuyendo progresivamente desde la llegada de Maduro al poder.
Para las autoridades colombianas, si alguien se verá afectado por esta ruptura no es otra que la población venezolana. Por la frontera de Colombia transita el mayor volumen de alimentos frescos y es el puente comercial gracias a la que sobrevive una parte de la castigada población de Venezuela.
Los vuelos internacionales entre Venezuela y Colombia tras lo sucedido
Tras la prohibición de Maduro de la entrada de ayuda humanitaria en su país a través de las fronteras de Colombia y Brasil principalmente, la ruptura de relaciones diplomáticas con el primero de los países, los cielos venezolanos están casi vacíos.
La mayoría de las aerolíneas internacionales evitan tener vuelos de destino o en tránsito en los aeropuertos venezolanos. La baja demanda, las dificultades para cobrar las facturas y el peligro que corren las tripulaciones en las horas en que deben alojarse en el país, han logrado que sean pocos los vuelos que aterricen en Caracas y otras ciudades del país.
Algunas fuentes aclaran que los cielos venezolanos no solo están cerrados para los aviones cargados con ayuda humanitaria, sino también para los vuelos comerciales entre ambos países. Sin embargo, el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela negó que exista una prohibición de viajar a Venezuela desde Colombia.
“Estoy evaluando un cierre total de la frontera con Colombia. Hombre prevenido vale por dos, pueblo prevenido vale por dos”, dijo Maduro tras anunciar el bloqueo de los pasos con Brasil.
Problemática Rusia vs EEUU por Venezuela
Mientras Maduro impide el acceso de la ayuda humanitaria internacional a base de bloqueo de fronteras y uso de la fuerza procedente de aquellos países que han reconocido a Guaidó, sin embargo, sí ha autorizado la llegada de 300 toneladas de alimentos y medicinas enviadas por Rusia, principal aliado internacional del régimen chavista.
EE UU está tomando todas las iniciativas diplomáticas que puede para lograr que el Consejo de Seguridad de la ONU condene al régimen bolivariano y exija con una resolución que las autoridades del país acepten la entrada de la ayuda humanitaria.
Sin embargo, estas propuestas norteamericanas siempre cuentan con la oposición de Rusia, que desde el inicio de la crisis se ha postulado como principal avalista de los intereses de Maduro, y dique de contención para que cualquier plan internacional contra su régimen acabe teniendo éxito.
En las últimas semanas, aviones de reconocimientos estadounidenses han intensificado sus labores de vigilancia y observación cerca de Venezuela, pero fuera del espacio aéreo del país.
La actitud rusa, que califica de terrorismo los intentos de los norteamericanos por desembarcar alimentos y medicinas para la población venezolana, es la de impedir que cualquier iniciativa del gobierno de Trump termine con éxito.
Rusia es uno de los pocos países que financian al régimen de Maduro y los intereses económicos que le une al mandatario son muy fuertes.
Los rusos también reclaman a los estadounidenses que desbloqueen los miles de millones de dólares venezolanos que están paralizados en los bancos norteamericanos debido a las sanciones económicas impuestas por los yanquis.
Paralelismo Venezuela y Cuba
Tras la revolución cubana y las sanciones de los norteamericanos al país caribeño, Cuba se convirtió en un país de calles demolidas con el aspecto fantasmagórico de las ciudades en ruinas tras un bombardeo. Apagones continuos, la falta de agua, las colas para todo eran estampas cotidianas hasta no hace mucho en el país de los hermanos Castro.
Estas escenas que se vivieron durante el Período Especial cubano son las mismas que se viven ahora en las calles de Venezuela. La nación bolivariana también tiene su Período Especial Revolucionario.
Ciudades sin agua ni luz, transportes públicos parados la mayor parte del tiempo en talleres por falta de recambios, casas demolidas por falta de mantenimiento, las ventas de vehículos que han pasado de matricularse medio millón de coches a solo 2.000 en el 2016, neumáticos que cuestan cinco veces más lo que el salario mínimo.
Aumento de la deuda, caída brutal del consumo, desnutrición de la población, derrumbe de la economía y zozobra de la población. Lo que se está viviendo hoy en Venezuela son las mismas situaciones que, durante décadas, sufrieron los cubanos.