Historia de la prostitución en México

Xander 21 septiembre, 2021
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México es una nación con cerca de doscientos años de historia oficial, pero con mucho bagaje cultural y social anterior. Base de una de las culturas más importantes de la América Precolombina, la etapa en la que siguió bajo el control del Imperio Español cambió para siempre la faz del país. Su ubicación, en la frontera con Estados Unidos, también ha sido clave para la evolución de su economía, su sociedad y su historia. La frontera prácticamente supone la separación de dos mundos muy diferentes entre sí, y cada día son muchos los mexicanos que intentan pasar a Estados Unidos para vivir su propio sueño americano. El mercado laboral, siempre tambaleante, y las pocas opciones que los jóvenes tienen en este país, les obligan a buscar opciones fuera. Tampoco es de extrañar, viendo este panorama, que cada vez sean más las chicas jóvenes que se introducen en el mundo de la prostitución como única alternativa para sobrevivir.

La historia de la prostitución en el país azteca no es nueva, sin embargo. Ha ido cambiando mucho con el paso de los siglos, y su evolución ha tenido mucho que ver con la personalidad de quien ostentaba el poder. Desde mediados del siglo XIX, la prostitución se ha intentado legislar para ser controlada, después de una época en la que había mucha más libertad para practicarla, incluso en tiempos hispánicos, lo cual no deja de ser curioso. En la actualidad, las mujeres que ejercen estos servicios están menos perseguidas, ya que la prostitución es legal en todo el país, siempre que no haya beneficio económico para una tercera persona. Es decir, que las chicas se entreguen al sexo por propia iniciativa, y no bajo las coacciones o amenazas de un proxeneta, lo cual entraría dentro del delito de trata. En este artículo vamos a hacer un repaso sobre la prostitución en México, y su evolución a lo largo de diferentes épocas y gobiernos.

Los inicios de la prostitución en México

Los expertos están de acuerdo en apuntar que antes de la conquista por parte del Imperio Español, en México no había prostitución como tal. Es decir, las mujeres no se ofrecían de forma natural a cambio de dinero a diferentes hombres. La cosa cambió, precisamente, cuando los colonos se instalaron en el país, especialmente en las ciudades más grandes. Allí comenzaron a funcionar burdeles y casas de mancebería, que eran controladas por las propias autoridades. Se consideraba a la prostitución como un “mal menor”, y aunque las prostitutas eran vistas como mujeres de mala vida, su labor era en el fondo apreciada, para mantener la tranquilidad y el orden en la sociedad. Ni siquiera la Iglesia se decidió a perseguir activamente estas actividades, considerando que era normal que los hombres buscaran un poco de pasión en otras mujeres de vez en cuando.

Reglamento de 1862 y 1865

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Cuando México se convirtió en una nación independiente, a principios del siglo XIX, las tornas cambiaron. La prostitución había sido aceptada, al menos como algo necesario, aunque por supuesto, las autoridades tampoco la apoyaban explícitamente. Cuando diferentes dirigentes llegaron al poder y este paso a manos de especialistas en diferentes temas, como el Derecho o la Sociología, la forma de ver la prostitución cambio. De pronto, aquella profesión se había convertido en un problema social que había que atajar, a riesgo de que llegar a corromper por completo a la naciente nación mexicana. Durante la década de los 60 se llevaron a cabo diferentes reglamentos y leyes que intentaban atajar este problema, con algunos puntos en común.

Por ejemplo, las leyes trataban de reglamentar el ofrecimiento de servicios sexuales, algo que hasta ese momento había sido supervisado, pero nunca legislado. Se mostraba una gran preocupación por la higiene pública, especialmente por la expansión de diferentes enfermedades de transmisión sexual, por parte de estas mujeres. Se intentó llevar a cabo un censo de prostitutas para controlar mucho más los servicios que ejercían, incluyendo un retrato de la mayoría de ellas, para reconocerlas fácilmente. La legislación no intentaba realmente abolir la prostitución, sino controlarla de una forma más concreta, e incluso sacar tajada de ella. Había que pagar una inscripción a la Policía, y visitar constantemente al mjédido para detectar cualquier problema venéreo o de salud.

Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez

Con esta reglamentación en la mano, la prostitución ha seguido vigente en el país durante todo el siglo XX. Los continuos conflictos en México, así como los problemas de pobreza y delincuencia, han llevado a muchas mujeres a convertirse en prostitutas como modo de vida. A finales del siglo XX surgió una asociación civil llamada Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, encargada de cuidar y  dar apoyo a las mujeres que se ofrecían como prostitutas. Habitualmente olvidadas por parte de las autoridades, las acompañantes sexuales solo podían confiar en este tipo de asociaciones para obtener algún tipo de apoyo, desde preservativos gratis hasta charlas de ayuda, cursos, talleres…

En la década de los 90, esta asociación llegó incluso a crear su propia marca de preservativos, llamada El Encanto, que surtía a las prostitutas de Ciudad de México para evitar las enfermedades de transmisión sexuales. Además, esta asociación siempre ha estado apoyando social y políticamente a estas prostitutas, intentando que el resto de ciudadanos entiendan su situación. Despojando por completo de prejuicios, la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer trata de mostrar la realidad de unas mujeres que en muchos casos se ven empujadas a este trabajo, y aboga por buscar soluciones que funciones para acabar con su inestabilidad y los riesgos que conlleva ser prostituta, especialmente en México.

La prostitución en México en la actualidad

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Actualmente, la prostitución en México es legal siempre y cuando una mujer la lleve a cabo por su cuenta, ofreciendo sus servicios sin coacción de ningún tipo. Se persigue a aquellos que tratan de aprovecharse de esos servicios para ganar dinero y obligar a las chicas a realizar servicios que no desean. Sin embargo, es la propia situación económica y laboral del país la que empuja a muchas mujeres a decidirse por este camino, casi siempre como última esperanza. La pandemia del COVID 19 ha sido un duro golpe para este sector, como en otras partes del mundo, al impedir durante mucho tiempo los servicios en la calle por el confinamiento. Las prostitutas en México están empezando a trabajar desde casa, ofreciendo servicios por Internet, para intentar alejarse de la inseguridad de las calles.